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ÁMAME PARTID@
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CICATRICES
Escrita a lo largo de los últimos 20 años de su vida, Marcel Proust reflexiona en las páginas de En busca del tiempo perdido sobre el sentido de la existencia y concluye que sólo el dolor nos permite “desarrollar las fuerzas del espíritu”. Cada pena desfigura nuestro rostro, “como esas caras del viejo Rembrandt”, pero el dolor es una fuerza que puede transformarse en otra, “aceptemos, pues, el daño físico que nos causa a cambio del conocimiento espiritual que nos aporta”.
Pero ¿cómo llevar a cabo esa transformación de una fuerza a otra, del dolor al conocimiento?.