Nacido en Buenos Aires, Walter Marín ha estado en contacto con el arte desde temprana edad. A los 7 años audicionó para ingresar al prestigioso Coro de Niños del Teatro Nacional Cervantes, donde participó como miembro profesional durante siete años. Mas adelante, en su juventud, exploró nuevos retos artísticos, entre ellos la actuación.

En su país, Argentina, formó parte del elenco de una película realizada por directora María Luisa Bemberg que posteriormente lo llevo a trasladarse a México para proseguir su carrera como actor.  El rico patrimonio y la mágica cultura de ese país enriquecieron su sensibilidad y orientaron su impulso creativo hacia la escultura.

Durante su formación participó de talleres con reconocidos maestros escultores, tales como Andrew Course en Las Vegas, Nevada y Philippe Faraut en Honeoye, New York.

Desde su niñez a la actualidad, su espíritu curioso y autodidacta lo mantiene en un proceso de constante aprendizaje sobre nuevas técnicas y desafíos de trabajo.

En su obra, Walter Marin refleja su interés por el universo de las ideas. Cuerpos habitados por espacios y formas, restos de emoción y significado son el escenario recurrente. Sus metáforas son una invitación a sumergirse en la constante fluidez de la mente, el cuerpo, las emociones y la materia.